Queda menos de un mes para que se celebre la nueva edición del South Summit en Madrid y las expectativas son muy prometedoras. Según María Benjumea, fundadora de SpainStartup y The South Summit, "se han presentado más de 3.000 proyectos, de los que se han seleccionado para la competición poco más de 1.500" . Una muestra suficiente para llegar a ciertas conclusiones que podrían colocar a nuestro ecosistema en primera división... ¿o no?
Mayor ambición del emprendedor, mayor volumen de inversión y la profesionalización del ecosistema provocan que muchos se consideren ya preparados para competir con otros escenarios más maduros como el de Estados Unidos o el de Israel. Y es cierto que en muchos aspectos se ha mejorado, pero también queda camino que recorrer.
Conclusiones
Según el informe Mapa del emprendimiento 2016 presentado ayer en IE Business School a propósito del próximo South Summit, en España se consolida y legitima el concepto de start up como opción profesional y generador de riqueza y empleo. Además, entre las conclusiones se destaca el incremento de empresas emergentes que esperan facturar este año entre 150.000 y 500.000 euros, frente al 5% que lo logró en 2015. Entre sus prioridades están la financiación, la visibilidad, los partnerships estratégicos, los clientes y la atracción de talento.
Es una evidencia que el escenario start up español es hoy mucho mejor que hace un lustro. A nadie le sorprende actualmente escuchar o leer noticias sobre rondas de financiación y valoraciones millonarias de compañías prácticamente recién nacidas, pero para algunos emprendedores decir que ya jugamos en primera división es algo exagerado. Mario Carranza, CEO de Amovens, considera que todavía es complicado poner en marcha una empresa, encontrar talento técnico y permitirse el lujo de fallar, cuyo coste es muy alto. Lo que sí aplaude es que el tema cultural haya cambiado. "Antes creíamos que había que irse a Estados Unidos para emprender bien, pero ahora hemos comprendido que somos un mercado distinto y además adecuado para testar productos", asegura Carranza.
El CEO de Amovens también apunta a la mejora en el volumen de transacciones, pero recuerda que más del 50% del capital no es español. "En España, a día de hoy, ni capital ni riesgo", sentencia. Una opinión que choca con las conclusiones del estudio que afirman que el modelo de financiación evoluciona hacia uno más profesional tanto en el acceso al capital como en la visibilidad y los partners.
"Nos falta mucho para jugar en primera división por muchas razones, entre ellas que el emprendedor en España aún no es un ídolo, no como en Estados Unidos; porque el fracaso todavía está mal visto, mientras que en Silicon Valley es un punto a su favor en cualquier proceso de selección de las multinacionales; y porque el Gobierno debería dar más facilidades", enumera Luis Sanz, CEO de Inminute. Aunque no es lo único en lo que deberíamos mejorar... "En Estados Unidos, el corporate busca talento en las start up. Algo que, de momento, aquí no pasa. En lo que sí se está avanzando es en la creación de incubadoras y aceleradoras corporativas para ganar innovación", aclara Sanz.
Para StartupSpain sí estamos jugando con los mejores, pero no somos el Barça. "La reducción de tasas e impuestos; facilitar el acceso a fondos económicos; beneficios fiscales para inversores y la flexibilidad en la contratación de personal son las principales regulaciones que piden los emprendedores al próximo Gobierno", recuerdan en el estudio.
Emprender implica mucho riesgo. Es una aventura que puede terminar en éxito o en un costoso fracaso. Por eso es bastante significativo que se haya convertido en una alternativa laboral meditada y no en fruto de la necesidad. "Sólo un 1% de los emprendedores estaba antes en una situación de desempleo cuando decidieron emprender, y un 56% trabajaba previamente por cuenta ajena. Asimismo, según los datos analizados, el principal motivo para poner en marcha un proyecto no es otro que haber visto una oportunidad real de negocio", se asegura en el estudio.
También ha habido un cambio en el retrato robot del emprendedor español. "Antes, el innovador era un chaval friki de la informática que ponía en marcha una idea sin apenas garantías", recuerda Sanz. Hoy, y según el estudio de StartupSpain, es un hombre de 34 años, con formación universitaria, en concreto estudios de ingeniería.
Quizá no estamos en primera división. O quizá sí, pero en posiciones de descenso. El caso es que hemos avanzado, y mucho. España ya no es el país extremadamente bancarizado y acomplejado. E iniciativas como el South Summit lo demuestra.
FUENTE: EXPANSION