La nueva propuesta del Gobierno daría una cierta flexibilización a esa prohibición de las prácticas no curriculares.
El Ministerio de Trabajo está ultimando los detalles del
denominado Estatuto del Becario con el objetivo de presentar a los
agentes sociales un texto que permita cerrar un acuerdo sobre la regulación de
este colectivo, que comenzará a cotizar a la Seguridad Social desde
este mes de octubre.
Las negociaciones de esta norma, que arrancaron en abril del
año pasado y con la que se busca regular los derechos de las personas
en prácticas, se han extendido más de lo inicialmente previsto en aras de
consensuar un acuerdo de todas las partes.
La aprobación de esta regulación busca acabar con el fraude
detrás de prácticas y becas, especialmente en las extracurriculares (las
que no están ligadas a ninguna formación reglada), uno de los principales
puntos de escollo para el acuerdo.
De hecho, el Gobierno logró cerrar en octubre del año pasado un
principio de acuerdo con los sindicatos sobre un texto que después se
modificó en ese punto de las extracurriculares para intentar atraer a la
patronal.
En ese pacto con los sindicatos se estableció que solo serían
posibles cuando formasen parte de los contenidos curriculares para
la obtención de títulos oficiales. Para el resto de prácticas
deberían usarse los contratos formativos regulados en la reforma laboral
(artículo 11 del Estatuto de los Trabajadores), que son el de formación en
alternancia o el de adquisición de práctica profesional.
La nueva propuesta del Gobierno daría una cierta
flexibilización a esa prohibición de las prácticas no curriculares,
según fuentes de la negociación.
El estatuto del becario también establecerá, entre otros aspectos, límites para el número de personas en formación práctica en una empresa, así como el derecho a la compensación de gastos, vacaciones, días festivos o al uso de los servicios con los que cuenten las personas trabajadoras en el centro de trabajo en las mismas condiciones.
FUENTE: EL CONFIDENCIAL