Internet y la tecnología ofrecen a los negocios nuevas herramientas para renovar sus modelos de gestión e innovar en el trato al cliente.
Crear un portal en Facebook para mostrar los valores de una compañía, escribir tuits con sus últimas novedades, o lanzar una web a través de la que pueda realizar parte de las ventas implica hacer un uso de la tecnología correcto pero, a la par, insuficiente. La digitalización debe convertirse en una realidad para las pymes, aspirando a que la gestión online sea el pilar sobre el que las compañías apoyen sus operaciones. Para conseguirlo, las empresas tienen que llevar a cabo una operación en la que integren tres elementos: tecnología, información y cliente.
• Logística e inventario. Internet se convierte en un aliado fundamental para las pymes a la hora de conocer qué camino siguen sus productos hasta alcanzar su destino. Utilizar una aplicación que conecte a los trabajadores por medio de sus móviles permitirá a la compañía anticiparse a problemas que puedan surgir en el envío y recepción de los paquetes, y ser más rápidos a la hora de solventarlos. Además, si los datos de salida y entrada de productos en el almacén se recogen en una plataforma virtual, el dueño de la pyme será consciente en todo momento del estado de su stock , planificando de forma eficaz pedidos y reposiciones.
• Ventas y facturas. Disponer de un sistema de comercio electrónico integrado en la web de la empresa que recoja la información de las ventas es fundamental. Advertirá de las tendencias seguidas por los consumidores cuando rellenen los campos de acceso a la pasarela de pago. Con esta acción, el propietario conocerá el perfil del público más fiel y le permitirá desarrollar una política de márketing acorde a sus gustos. Además, las facturas virtuales que se generan pueden quedar almacenadas en Internet gracias a la nube, plataformas sin elementos físicos conocidas como cloud. Esta red de información permitirá, por un lado, comparar la facturación de diferentes ejercicios y, por otro, acceder a ella desde cualquier dispositivo y lugar mediante una contraseña que permita el acceso a los datos requeridos.
• Ciberseguridad. Guardar la información más preciada de una empresa en portales virtuales supone asumir ciertos riesgos: es susceptible de sufrir ataques informáticos. Para evitarlo es fundamental instalar, y tener actualizados, elementos de protección como los antivirus en los equipos que manejan los datos. Además, es recomendable que, de forma periódica, toda la información virtual sea trasladada a soportes físicos como discos duros extraíbles. Con esta medida, la pyme disminuirá el riesgo de perder todos sus datos.
• Trato al cliente. La relación entre la compañía y sus consumidores ha experimentado grandes cambios gracias a la tecnología. Gracias a los dispositivos móviles, una pyme puede desarrollar su propia aplicación en la que venda u ofrezca servicios a sus clientes sin que estos tengan que desplazarse hasta el local físico. Por otro lado, el desarrollo de la inteligencia artificial permite integrar un avatar en la web de la empresa que actúe de asistente virtual. Esta herramienta permitirá a la compañía ahorrar tiempo y mejorar el trato a sus usuarios guiándoles de forma directa hasta sus intereses. Por último, integrar el ocio en los valores de una compañía con una app de juego consigue que sus usuarios habituales empaticen con sus responsables.
• Redes sociales. Los consumidores siguen presentes en Facebook o Instagram, pero ahora existen otras fórmulas para relacionarse con ellos. El vídeo en directo, junto a las imágenes que desaparecen a las 24 horas, se convierten en plataformas con las que generar expectación al presentar nuevos productos y mostrar el día a día de la pyme.