Paul Haydock estaba muy satisfecho porque su nuevo negocio había empezado a recibir rápidamente los pedidos de los clientes. Fabricaba camisetas y bolígrafos para que los directivos los repartieran en las ferias de empleo y la demanda se había disparado. Pero había un problema. "Teníamos 60.000 libras (aproximadamente, 68.000 euros) en facturas, pero no disponíamos de efectivo para cumplir con los nuevos encargos", indica.
El banco les ofreció una solución, pero tanto él como su socio se vieron frustrados por el coste económico y la burocracia. En el último minuto, un gran despacho de abogados se puso en contacto para preguntarles por las condiciones de pago para un pedido de 15.000 libras (17.000 euros). "¿Pueden abonarlo ahora?", preguntó Haydock. Podían y, gracias a ellos, logró seguir con la producción.
La falta de efectivo es un problema familiar para las pymes, desde las más pequeñas hasta aquellas que se encuentran en pleno proceso de crecimiento. James Douglas, cofundador de la cadena de restaurantes Red's True Barbacue, destaca que las entidades financieras "igualan la cantidad que pones de tu bolsillo, pero esto no sirve para nada si empiezas de cero". Actualmente, son muchos los empresarios que destinan a la compañía los ahorros de toda su vida.
Recientemente, ha surgido un nuevo sector de tecnología financiera -fintech- que ayuda a estos negocios a obtener crédito. Aunque esta alternativa está creciendo rápidamente, hoy supone menos del 3% de los grandes préstamos, según British Business Bank (BBB). Además, la tasa de crecimiento de estas plataformas se ralentizó por primera vez en el segundo cuatrimestre de 2016. LukeLang, fundador de Crowdcube, asegura que este descenso estuvo causado por el referéndum sobre la permanencia de Gran Bretaña en la UniónEuropea que se celebró el pasado 23 de junio.
En cualquier caso, los bancos siguen siendo el primer lugar al que acuden las pymes cuando necesitan financiación. Y últimamente están tratando de ser más flexibles. Barclays ha lanzado un fondo de 150 millones de libras (170 millones de euros) para empresas que están creciendo rápidamente, HSBC tiene otro de 10.000 millones de libras para pymes en general y Banco Santander también ha hecho importantes esfuerzos en el sector.
A Haydock la experiencia le sirvió para lanzar en 2014 un nuevo negocio, DueCourse, que describe como "el sistema de descuento de facturas del siglo XXI". La firma adelanta el dinero para los recibos en pocos minutos, gracias a la ayuda de los algoritmos. Pero la compañía sólo trabaja con organizaciones que utilizan determinados programas, como Xero o QuickBooks, para poder examinar sus libros de cuentas y los directivos deben firmar garantías personales. Normalmente, presta entre 5.000 libras (5.600 euros) y 15.000 libras (17.000 euros) por acuerdo.
Además de con el dinero de Haydock, DueCourse empezó con 175.000 libras de un 'businessangel'. Posteriormente, ha conseguido reunir varios millones de libras en financiación. Pero, acordándose de cómo su experiencia le llevó a la nueva idea, Haydock asegura: "Reuní el dinero porque tenía una trayectoria, pero mi negocio ayudará a aquellos que no la tienen".
Reacios a pedir préstamos
Algunas estadísticas indican que cada vez hay menos pequeñas y medianas empresas que solicitan financiación externa. Probablemente, esto es una consecuencia de los años de crisis, cuando varias compañías vieron como se les retiraba -sin aviso previo- el acceso al crédito. El último informe sobre la situación financiera de las pymes señala que el 36% de las compañías recurrieron a recursos externos entre abril y junio. Una bajada de ocho puntos respecto al 36% del año anterior. Según BDRC Continental, que realizó el sondeo, la mitad de las compañías destaca que son "no deudoras" de forma permanente, puesto que no tienen intención de solicitar fondos que no sean propios.
FUENTE: EXPANSION